Rehabilitación del ligamento cruzado anterior con Fisioterapia

Rehabilitación del ligamento cruzado anterior con Fisioterapia. En nuestro centro de fisioterapia Carmen Alonso, tratamos este tipo de rehabilitaciones tras la reconstrucción de su rotura.

El ligamento cruzado anterior de la rodilla

La rodilla es una articulación formada por tres huesos (fémur, tibia y rótula).

Los ligamentos de la rodilla (lateral interno, lateral externo, cruzado anterior y cruzado posterior) se encargan de la estabilización, de la regulación de la cinemática articular y de informar sobre la musculatura periarticular y sobre la distribución de las tensiones articulares.

El ligamento cruzado anterior de la rodilla es un haz de fibras colágenas que discurren entre el fémur y la tibia en sentido oblicuo.

La primera función del ligamento cruzado anterior de la rodilla es impedir el desplazamiento anterior de la tibia con relación al fémur, limitar la rotación tibial y la laxitud en varo y valgo en carga.

La estabilización de la rodilla depende también de los músculos: cuádriceps, que desplaza la tibia en sentido anterior oponiéndose al LCA y reforzando al LCP (ligamento cruzado posterior); y de los isquiotibiales, que desplazan la tibia en sentido posterior reforzando así al LCA.

anatomía del ligamento cruzado anterior de rodilla

El ligamento Cruzado Anterior de la Rodilla presenta una estructura multifibrilar con diferentes fascículos que mantienen tensiones distintas según el grado de flexión de la articulación de la rodilla.

La lesión del ligamento cruzado anterior no tiene por qué producir una importante pérdida funcional.

Su reparación está indicada puesto que el 60-90% de los casos presentan signos de degeneración tras 10-15 años después de la lesión. En deportistas está especialmente indicada su reparación para prevenir el riesgo de rotura de menisco y evitar cambios degenerativos articulares.

fisioterapia para la lesión del ligamento cruzado anterior de rodilla

Tratamiento del ligamento cruzado anterior post-cirugía

En la exploración física se detectará la laxitud articular y se valorará la estabilidad del complejo ligamentoso de la rodilla.

Las pruebas específicas que se utilizan son:

  • Cajón anterior: se realiza una tracción de la tibia de atrás hacia delante. Se valoran los topes.
  • Cajón anterior en rotación externa: se realiza como el anterior colocando la pierna a 30º de rotación externa. También nos informa de lesión en la cápsula interna.
  • Prueba de Trillat-Lachman: es un cajón anterior con flexión de 20º. Es la prueba específica más utilizada puesto que tiene una sensibilidad del 87 al 98%.
  • Prueba de desplazamiento de pivote o prueba de Galway: En estudios recientes se ha demostrado que no siempre se recupera la inestabilidad rotacional de la ligamentoplastia del LCA, por ello este test es útil para valorar la inestabilidad combinada, tanto rotacional como anteroposterior.

La sensibilidad y especificidad diagnóstica de la RM son del 95% por lo que se considera el método de elección para confirmar la lesión.

Tratamiento Fisioterapéutico de la Lesión del Ligamento Cruzado Anterior

El plan de tratamiento Fisioterapéutico para el ligamento cruzado anterior de la rodilla, tanto para pre como post quirúrgico tiene como objetivo buscar la mayor funcionalidad y evitar el riesgo de una nueva lesión.

Los objetivos principales en el tratamiento se basan en eliminar la inestabilidad, restaurar la función articular y la movilidad, recuperar la fuerza y las capacidades físicas previas a la lesión y prevenir los procesos degenerativos articulares a largo plazo.

Fases del Tratamiento Fisioterapéutico del LCA

Fase inmediatamente posterior a la lesión o fase prequirúrgica:

Objetivos:

  • Minimizar la inflamación
  • Evitar el dolor
  • Conservar/aumentar el arco de movilidad
  • Mantener fuerza muscular

Técnicas fisioterapéuticas utilizadas:

  • Punción seca
  • Movilización y liberación miofascial
  • Diatermia
  • Crioterapia
  • Drenaje Linfático Manual
  • Vendaje neuromuscular

El cuádriceps puede perder hasta el 30% de su fuerza muscular en los primeros 7 días a causa de la inflamación y la inmovilización (De Andrade, Grant, & Dixon, 1965).

Fase postquirúrgica 1ª FASE: 2-4 semanas tras la intervención:

Objetivos:

  • Bajar la inflamación.
  • Reducir el dolor.
  • Ejercicios isométricos.
  • Completar la extensión y flexión a 90º.
  • Recuperar el control muscular.
  • Ganar rango movilidad: la movilización precoz de la articulación ayuda a reducir el dolor y disminuir alteraciones adversas del cartílago articular. Ayudando en la cicatrización y favoreciendo la circulación.

Normalmente transcurridos 3-6 meses dependiendo del tipo de intervención el injerto ya tiene las características adecuadas y similares a un LCA.

El apoyo progresivo es importante y facilita la recuperación del cuádriceps, pero es el profesional sanitario el que debe pautar los tiempos puesto que el apoyo también ocasiona la traslación anterior de la tibia, pero sus efectos no están bien estudiados.

El trabajo de propiocepción se inicia en la primera semana.

Fase postquirúrgica 2ª FASE INTERMEDIA: 6-10 semanas tras la intervención:

Los túneles del injerto se han incorporado pero el resto de tejido injertado probablemente tenga cierta vulnerabilidad y exista cierta debilidad.

Objetivos:

  • Completar el arco de movilidad.
  • Fortalecer musculatura: los isquiotibiales y el cuádriceps son los grupos musculares prioritarios por la estabilidad de rodilla, para disminuir tensión en el injerto y protegerlo.
  • Propiocepción: es importante insistir en la recuperación de la propiocepción para la mejora de la coordinación y del reaprendizaje de los patrones de movimiento.
  • Recuperar el patrón de la marcha.
  • Ejercicios concéntricos y excéntricos en cadena cinética cerrada.

Fase de Recuperación o Fase Progresiva Funcional:

2-3 meses después de la intervención aprox.

El objetivo principal es recuperar las cualidades físico-deportivas básicas como son: fuerza máxima, fuerza-resistencia o resistencia aeróbica; y comenzar con ejercicios funcionales específicos.

Otros objetivos:

  • Comenzar las técnicas estáticas de contracción-relajación y ejercicios de flexibilidad.
  • Continuar el trabajo de fortalecimiento muscular para estabilizar la articulación, evitar la debilidad estructural y aumentar el grado de traslación anterior de la rodilla lesionada.
  • Ejercicios concéntricos y excéntricos en CCC y en CCA.
  • Ejercicios de carrera.
  • Recuperación resistencia aeróbica.
  • Natación, bicicleta.
  • Ejercicios avanzados de propiocepción.

Fase de Entrenamiento Funcional:

16 semanas tras la intervención

Es la fase de retorno y preparación específica para la actividad deportiva.

Objetivos:

  • Conseguir la estabilidad monopodal.
  • Incrementar frecuencia, distancia y tiempo de carrera.
  • Ejercicio terapéutico con pliometría.
  • Ejercicios en los que se practiquen cambios de ritmo y dirección.

Fase de Retorno a la Actividad Deportiva

6 meses tras la intervención

Objetivos:

-Aumento progresivo de la carrera en distancia e intensidad.

-Ejercicios pliométricos.

Prevención de la Lesión del Ligamento Cruzado Anterior

Un profesional de la salud puede ayudar a reducir el riesgo de sufrir una lesión del ligamento cruzado anterior.

En AVANFI, el Fisioterapeuta ofrece una evaluación completa que puede ayudarte a reducir los riesgos.

Se realizarán programas o protocolos de actuación con respecto a las características de cada paciente, como, por ejemplo:

  • Fortalecimiento de determinados grupos musculares para garantizar un equilibrio general y estabilidad en los miembros inferiores.
  • Control del CORE y estabilidad de cintura pélvica.
  • Pautas para mejorar la técnica en el gesto deportivo.
  • Estudio del movimiento y de la postura del paciente en estático para observar compensaciones o desequilibrios que pueden afectar a la hora de sufrir una lesión.

En nuestra clínica de fisioterapia Carmen Alonso, te podemos ayudar.

¿DÓNDE ESTAMOS?

Dirección Avenida Canteros, 16 – local 5 ALPEDRETE (Madrid) 28430 E-mail info@fisioterapiacarmenalonso.es Móvil 646 526 320

 

El síndrome del túnel carpiano

El síndrome del túnel carpiano es una afección en la cual existe una presión excesiva en el nervio mediano. Este es el nervio en la muñeca que permite la sensibilidad y el movimiento a partes de la mano. El síndrome del túnel carpiano puede provocar entumecimiento, hormigueo, debilidad, o daño muscular en la mano y dedos.

El nervio mediano proporciona sensación y movimiento al lado de la mano en el que se encuentra el dedo pulgar. Esto incluye la palma de la mano, el dedo pulgar, el dedo índice, el dedo medio, y el lado del dedo anular del lado del pulgar.

La zona en la muñeca donde el nervio entra en la mano se llama túnel carpiano. Este normalmente es angosto. Cualquier inflamación puede pellizcar al nervio y causar dolor, entumecimiento, hormigueo o debilidad. Esto se llama síndrome de túnel carpiano.

el síndrome del tunel carpiano

Algunas personas que presentan este problema nacieron con un túnel carpiano pequeño.

El síndrome del túnel carpiano también puede ser causado por hacer el mismo movimiento de la mano y la muñeca una y otra vez. El uso de herramientas manuales que vibran también puede llevar a este síndrome.

Los estudios no han demostrado que el síndrome del túnel carpiano sea causado por escribir en una computadora, utilizar un ratón o repetir movimientos al trabajar, tocar un instrumento musical o practicar deportes; pero estas actividades pueden causar dolor e hinchazón de los tendones o la bursa de la mano, la cual puede estrechar el túnel carpiano y provocar síntomas.

El síndrome del túnel carpiano ocurre casi siempre en personas de 30 a 60 años de edad y es más común en las mujeres que en los hombres.

Otros factores que pueden llevar al síndrome del túnel carpiano incluyen:

  • Alcoholismo
  • Fracturas de huesos y artritis de la muñeca
  • Quiste o tumor que crece en la muñeca
  • Infecciones
  • Obesidad
  • Líquidos adicionales que se acumulan en el cuerpo durante el embarazo o la menopausia
  • Artritis reumatoidea
  • Enfermedades que causan depósitos anormales de proteína en el cuerpo (amiloidosis)

Tratamiento del síndrome del túnel carpiano con fisioterapia

Desde la Clínica de fisioterapia Carmen Alonso, en Alpedrete, podemos ayudarte a tratar el síndrome del túnel carpiano. Para tratar el túnel carpiano tenemos dos vías: tratamiento conservador (fisioterapia) y tratamiento quirúrgico. El tratamiento conservador ha demostrado ser efectivo en casos con síntomas leves y moderados, pero en casos graves el tratamiento quirúrgico es la mejor opción.

Como la inflamación de los tendones locales pueden contribuir a los síntomas del túnel carpiano, la reducción de la inflamación es un objetivo del tratamiento farmacológico. Además de los medicamentos, el uso de la terapia con hielo puede ayudar a reducir la inflamación local. Debido a la naturaleza neurológica del túnel carpiano, si el uso de hielo aumenta el dolor local y sensación de hormigueo, minimizar el tiempo de hielo de 10 minutos a 5 minutos.

Lo principal para el tratamiento de los síntomas es la limitación de actividades agravantes. Si escribir es el agravante principal, el uso de accesorios ergonómicos para escribir minimizará el estrés sobre el nervio. El uso de un cojín para el teclado mejora el ángulo de la muñeca. La sujeción entre el pulgar y el dedo índice puede llegar a ser débil, por lo que el uso de instrumentos de escritura con un diámetro mayor puede ser útil.

En los casos de dolor intenso y específicamente si los síntomas se producen por la noche, se recomienda el uso de la férula para la muñeca. La férula ayuda a mantener la muñeca en posición neutra, evitando la compresión del túnel.

El tratamiento fisioterapéutico para el síndrome del túnel del carpo puede incluir la electroterapia, el masaje del tejido blando, y el ejercicio y los estiramientos. Los objetivos de la fisioterapia son mejorar la movilidad de los tejidos blandos, la flexibilidad el nervio para disminuir su atrapamiento y restaurar y estimular la fuerza muscular

El síndrome del túnel carpiano es la neuropatía más común en el miembro superior y ocurre por la compresión del nervio mediano a nivel del túnel del carpo. Las causas de esta patología son variadas, puede aparecer por movimientos repetitivos, traumatismo, genética, entre otros.

Sus síntomas son dolor, hormigueo, entumecimiento y debilidad en toda la región inervada por el nervio. Estos síntomas podrían presentarse por otras causas, por eso se debe hacer una evaluación detallada para determinar si los síntomas realmente son por un síndrome del túnel carpiano o vienen de otro origen.

Visítanos en Clínica de Fisioterapia Carmen Alonso – Alpedrete en la Avenida de los Canteros, 16 y te ayudaremos.

 

 

Consejos de fisioterapia para primavera

Según una encuesta realizada por la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación un 85% de la población sufre durante dolores en primavera. En esta estación el dolor de músculos y articulaciones, desgana, dolor de cabeza… aumenta. Ahora que empieza a venir el calor, la fisioterapia es el mejor aliado para prevenir estos dolores.

El principal causante de los síntomas mencionados son los cambios bruscos de temperatura, a la vez que se produce una bajada de presión en las articulaciones ya que los nervios sensitivos de las mismas responden a los cambios atmosféricos.

Por otra parte, el aumento de las horas de sol y el cambio horario afecta directamente al cuerpo: se duerme menos y se descansa peor.

Las cicatrices son un punto clave con los cambios de temperatura, al producirse una variación de la presión la elasticidad del tejido es menor que la de la piel normal y por eso aparece el dolor.

DOLORES EN PRIMAVERA: CINCO CONSEJOS DE FISIOTERAPIA PARA EVITARLOS

  1. Dormir: lo recomendable es descansar al menos 7 u 8 horas diarias, la falta de sueño es uno de los principales causantes de los dolores musculares.
  2. Practicar deporte: hay que practicar ejercicio de forma regular para aumentar la producción de endorfinas. Media hora diaria es lo mínimo para mantener el cuerpo tonificado, además ayuda a evitar el insomnio.
  3. Incluir antioxidantes en la dieta: debemos realizar 5 comidas al día para evitar la bajada de glucosa, la incorporación de antioxidantes es muy importante para prevenir cualquier contratiempo. Las vitaminas C y E así como pescados ricos en Omega-3 son esenciales a la hora de mantener con firmeza nuestra piel y evitar dolores articulares. Beber dos litros de aguas al día nos aportara una buena dosis de vitalidad además de prevenir infecciones urinarias.
  4. Practicar técnicas de relajación: el yoga es la disciplina perfecta, nos ayuda a motivarnos, mejora la concentración, ayuda a descansar y reduce el estrés, refuerza el sistema inmune, etc.

5. Salir a pasear con la luz solar: la vitamina D encargada de fijar el calcio, es un gran aliado de nuestros huesos y eleva la fuerza muscular, por ello debemos dejar que nuestro cuerpo se nutra del sol durante al menos media hora diaria. Pasear es el ejercicio perfecto para practicar a todas las edades y muy recomendable para personas de la tercera edad.

 

Por último visita tu centro de fisioterapia para que los dolores en primavera no sean un problema, en Clínica de Fisioterapia Carmen Alonso, en Alpedrete, contamos con diversas técnicas para asegurar al paciente una mejora de su problema. No esperes más y pide cita ya en el teléfono 646 526 320.